Corriente alterna -- ó sen(1/x) -- Leo Masliah No sé por qué te fuiste ni por qué después al poco tiempo te dio por volver no sé por qué no sé por qué tomaste aquella triste decisión de abandonarme y cuál fue la razón de tu regreso y qué pasó que al otro día te volviste a ir no me diste ni tiempo de decirte preguntarte si esa vez regresarías como la anterior ni si te ibas en busca de amor y si fue así supongo que no lo encontraste y fue por eso que volviste pero cuando te apreté y te pregunté qué plan tenés me contestaste muy así nomás con evasivas y casi te vas pero esa vez no te dejé porque de un brazo fuerte te agarré pero fue inútil porque cuando me acosté sentí la puerta y eras vos que te pelabas sin decir adiós capaz que fue mejor para los dos pero muy malo para mí por eso me alegré cuando te vi que regresabas pero no entendí por qué enseguida me decís que tu intención sigue siendo partir y sin demora pasás a cumplir tu anuncio y me dejás ahí sin esperanza con respecto a ti pero con la sorpresa de que así como te vi partir también te vi volver y te escuché muy bien decir que nunca me ibas a dejar para después saber faltar a tu palabra porque sin piedad te fuiste a algún rincón de la ciudad que al parecer no te gustó porque si no no entiendo qué te dio por dar la vuelta y pedirme perdón pero enseguida, maldición, me abandonaste y desde aquella vez te fuiste y regresaste más de diez o veinte veces es que ya perdí la cuenta y la velocidad de tu continuo ir y venir se va volviendo cada vez mayor ni bien te fuiste por el ascensor la puerta se abre y estás otra vez ahí no sé si es que volvés ya es imposible adivinar qué hacés si te estás yendo o a la misma vez estás viniendo ya no estás acá ni allá como venís te vas tu cara ya no se distingue más apenas en el corredor se ve una larga franja del color de tu vestido sos como un ciclón un huracán sin dirección un haz de luz cada vez más veloz ya nadie puede verte ya no sos más que una tenue sensación una sutil fugaz coloración en las baldosas de ese corredor y la portera ya subió trayendo el balde con el secador le digo doña deje por favor y me contesta no señor el corredor lo tengo que limpiar y yo le explico que te va a borrar si pasa el trapo por ahí pero ella cree que me enloquecí no sabe nada de lo que yo vi y de un golpe de agua con jabón te lleva entera junto a la ilusión de averiguar un día en qué vagón viaja el secreto de tu corazón.